Fallos que no debes cometer al decorar el recibidor
Si estás siguiendo alguno de estos pasos estás cometiendo errores garrafales en la decoración de tu recibidor. No valen las excusas como que es estrecho, que hay muchas puertas, que casi no hay luz… que sea difícil de decorar no es sinónimo de imposible.
Por eso hoy en Muebles Meca, queremos darte los mejores trucos para que no vuelvas a cometer fallos, a la hora de decorar el recibidor. Coge papel y boli, y anótate qué no debes hacer al decorar el recibidor y sácale todo el partido posible a esta parte tan olvidada de la casa.
Menos es más
Esto ha sido así de toda la vida. Si el recibidor es pequeño, pintarlo de un color llamativo no va a hacer que nuestra percepción cambie, es más, se nos va a ver el plumero haciendo todavía más evidente su tamaño. Menos mal que esto tiene fácil solución: volver a pintarlo.
Un truco muy sencillo, pero muy efectivo, es pintarlo del mismo color que las habitaciones contiguas. Esto hace que se cree una sensación de amplitud al asociar la zona de paso con la propia de la habitación. Al no existir separaciones visuales, los límites se difuminan entre los diferentes espacios.
Pero si lo que quieres sobre todas las cosas es que ese recibidor tenga una nota decorativa, puedes elegir una, en lugar de una mate, que saca mucho más partido a la iluminación, ya que la refleja mejor.
El blanco como recurso para todo
Siempre es un color muy socorrido porque combina con todo, pero puede tendernos una trampa. Si bien es cierto que es un color muy luminoso y que refleja la luz a la perfección, si esta se trata de luz artificial corremos el riesgo de que el recibidor nos quede frío y sin vida. En este caso, podemos sustituir ese blanco puro por un blanco roto, beige o tonos claros de gris.
Cuidado con los espejos
No, no es que nos hayamos puesto supersticiosos, es que aunque resultan muy prácticos en un recibidor al permitirnos darnos el último retoque antes de salir de casa y salvarnos en más de una ocasión en la que estábamos a punto de salir hechos unos zorros y, además, tienen la virtud de multiplicar la luz y los metros, son un arma de doble filo. Si no están bien colocados, no sirven para nada.
Si lo colocamos frente a una pared, evidentemente no vamos a conseguir nada. Lo tenemos que situar orientado a una ventana o a alguna habitación de manera que refleje, bien el exterior o bien el interior de otra habitación. Así, conseguiremos la amplitud de la que hablábamos.
Si además quieres un efecto lifting, tan solo has de elegir un modelo alto y situarlo detrás de un mueble de su mismo ancho. Así se realza el mueble y se genera profundidad.
Es impresionar, no deslumbrar
La iluminación es muy importante, tanto que un recibidor mal iluminado puede cargarse una buena decoración. Si no tenemos la luz suficiente, se crean sombras que hacen que parezca mucho más pequeño de lo que es, pero ¡ojo! Si eres de los que piensan que es mejor que sobre a que falte, lamento comunicarte que tampoco es una opción. Corres el riesgo de que tu recibidor parezca una sala de interrogatorios en las que el acusado se encuentra debajo de un foco.
Ya lo decía Aristóteles, “en el término medio está la virtud”. Ten en cuenta que el recibidor es el lugar en el que se da la bienvenida a las visitas, tiene que ser un entorno cálido y agradable para poder dar una buena impresión. Coloca una luz indirecta, que ilumine la sala pero lo deslumbre, con luminarias que enfoquen el haz de luz hacia el techo o las paredes.
No se trata de crear un campo de minas
Se práctico y usa la cabeza. Un recibidor, por norma general, es pequeño. No puedes llenarlo de muebles que ocupen mucho espacio porque lo que conseguirás es que tengas que sortearlos cada vez que entres o salgas de casa y, las pruebas de obstáculos están bien en los campamentos, pero los lunes a las 8 de la mañana no son muy apetecibles.
Las lámparas suspendidas son un acierto normalmente para iluminar un ambiente pero no aquí. Si los techos no son muy altos pueden recargar el ambiente, además de entorpecer el paso. Lo mismo ocurre con las lámparas de pie.
Los focos orientables y los apliques murales son las mejores opciones para el recibidor. Para completar la iluminación y que no quede ni un solo lugar en la penumbra, puedes utilizar lámparas de sobremesa con una pantalla matizada o focos para realzar los cuadros o estantes.
No te pases, pero tampoco te quedes corto
Vale que el hecho de tener un espacio reducido hace que tratemos de incluir solo lo estrictamente necesario, pero hay que pensar que los muebles que elijamos tienen que cumplir con las necesidades básicas de almacenaje.
Por muy elegante que se vean los muebles despejados, sabemos que es prácticamente imposible mantenerlos así por más de cinco minutos. Las superficies vacías llaman al caos y al desorden. Acaban convirtiéndose en el lugar al que acuden todos los objetos que no tienen un lugar fijo.
Por ello, es importante pensar en nuestra rutina al salir y al entrar a casa y colocar los accesorios que más útiles nos resulten. Por ejemplo, un lugar en el que dejar las llaves, un cuenco para vaciar los bolsillos…
Baja de las nubes y piensa en el espacio que tienes, no en el que te gustaría tener para poder colocar todos esos muebles que tan bien te vendrían. Tienes los metros que tienes y has de asumirlo. A todos nos gustaría tener un armario para poder dejar los abrigos, pero si no cabe, no cabe. Y si no nos cabe un armario, ¿qué te hace pensar que un perchero en el que colocar todo aquello que meterías en el armario es mucho mejor? Así solo consigues reducir el espacio y hacerlo aún más agobiante.
Para no cometer este error, cuenta siempre con que has de dejar libres al menos 90 cm para poder movernos con libertad.
El suelo no es la única opción
Hay recibidores tan estrechos que los 90 cm de paso suenan a utopía, pero no desesperes si es tu caso. No está todo perdido. Quizá no vas a poder poner una cómoda, ni mucho menos un armario, pero los elementos volados son la respuesta perfecta ante este problema. Sobre todo si son piezas de poca profundidad, unos 20 o 30 cm, que se funden con la pared.
Y ya sabes que si necesitas muebles para tu casa, ya sea para el recibidor, el salón, el dormitorio o el cuarto de tus hijos, en Muebles Meca tenemos siempre, no solo los mejores muebles y al mejor precio, sino el mejor servicio. ¿Vienes?
¡Te esperamos!